Fuente: SustentaBIT «Sustentabilidad en Viviendas Sociales» pag 10-15
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El costo y la escasez de la energía, la contaminación ambiental y los diversos problemas de habitabilidad, han generado una constante preocupación por el diseño, construcción y operación de las viviendas, especialmente aquellas destinadas a los sectores de menores ingresos. Una serie de estudios y pilotos dan cuenta de la necesidad de generar un diseño integrado desde las primeras etapas de los proyectos de viviendas sociales.
Eficiencia energética, confort y durabilidad son los principales focos de las nuevas alternativas que, de la mano de la innovación, buscan generar ahorros en las familias más necesitadas.
Vivienda sustentable
¿A qué nos referimos cuando hablamos de una vivienda sustentable? Según Darío Oyarzun, arquitecto de Vivienda Definitiva de TECHO (ex Un Techo para Chile), corresponde a “una vivienda con un alto confort térmico y ambiental. Esto se traduce en que las familias gasten pocos recursos en calefacción, tenga
buenas condiciones de ventilación, baja condensación y contaminación interior e idealmente que cuente con sistemas de calentamiento de agua para uso domiciliario”. Todos, elementos que facilitan la disminución de
costos de vida y mejoran la calidad de vida en el largo plazo. Esta definición, en lo global, es compartida por todos los expertos consultados; sin embargo, no es la única. Y es que, como ya se mencionó,
una vivienda social sustentable debe abarcar todos los ámbitos relacionados con sus atributos (ambiental, económico y social). Esto, porque en muchos casos, realidad socioeconómica de usuario “impedirá el buen
acondicionamiento térmico, de ventilación y de eficiencia energética lumínica por medios activos, posterior a la habilitación de la vivienda (uso de equipos eficientes de calefacción, grifería de bajo consumo, etc.). Esta realidad exige priorizar el buen diseño y la inversión inicial para este tipo de proyectos”, advierte Javier Carrasco, jefe de Proyecto del Área Edificación de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE).
El fin es que este tipo de construcciones den una respuesta coherente y racional al entorno energético, medioambiental, social y económico vinculado al usuario. En lo social, por ejemplo, el diseño debe prever la planificación de su entorno. En cómo éste se vincula directamente con las necesidades y el bienestar de los usuarios y sus lugares de esparcimiento y vías de traslado. Un aspecto importante que se debería
mejorar, “es la cercanía a la fuente de trabajo, que los barrios no fomenten la delincuencia, que existan áreas de entretención, parques etc. Otro elemento, dice relación con los metros cuadrados de las viviendas, que se han incrementado en forma significativa. Ahora hay proyectos de entre 55 y 60 m2”, plantea Sergio Vera, académico de la Escuela de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y director técnico de la Unidad de Ingeniería Integral en Construcción Sustentable de DICTUC, quien ha participado en diversos proyectos de TECHO y la AChEE, además de un proyecto Innova de Corfo, relacionado con vivienda social de media altura. Por su parte, Carlos Coronado, ganador del concurso “Una
vivienda digna para los nuevos desafíos”, indica que “esto representa un valor importantísimo para el acto de vida comunitaria, ya que se convierte en el punto de encuentro entre vecinos y con la propia comunidad barrial”…